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sábado, 11 de abril de 2015

Primeras Noticias

El tren Urquiza, con servicio limitado por el arrollamiento de un auto

BUENOS AIRES 11 Abr(Telam).-Esa línea realiza esta mañana un servicio limitado entre Federico Lacroze y Rubén Darío por el arrollamiento de un auto que cruzó las vías con las barreras bajas en el paso a nivel de la estación Ejército de los Andes, ubicada en la localidad bonaerense de Hurlingham, informó Metrovías.Un vocero de la firma concesionaria indicó a Télam que el servicio, que une la ciudad de Buenos Aires con el partido bonaerense de San Miguel, "opera de forma limitada por un auto particular que fue arrollado por una formación cuando cruzó con las barreras bajas".Los Bomberos Voluntarios de Hurlingham confirmaron a esta agencia que recibieron un alerta y que están trabajando en la intersección de las avenidas Roca y Vergara, donde se encuentra la estación Ejército de los Andes, aunque no precisaron si hay heridos. 

El tren a Rosario es moderno, pero lento y con pocos pasajeros

CAPITAL FEDERAL 11 Abr(La Nacion).-El miércoles último 37 personas hicieron el recorrido en más de siete horas en un viaje que debía demandar la mitad; la operadora del servicio estima que dentro de 90 días cumplirá con el horario.A las 16.07 del miércoles pasado, la locomotora con siete vagones y 37 pasajeros arrancó el viaje desde Retiro con destino a la estación Rosario Sur, situada a 297 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. El servicio estuvo 23 años inactivo y una semana atrás fue reinaugurado. Pretende ser una alternativa de transporte entre las dos ciudades, pero deberá acelerar si pretende ser efectivo: la formación tardó más de siete horas en arribar a destino en un viaje que debía realizarse en la mitad de ese tiempo.Todo luce impecable. Pero, al menos por ahora, las locomotoras de origen chino tendrán que esperar para llegar a las velocidades de sus pares europeas. Técnicamente, los nuevos trenes están preparados para alcanzar los 160 kilómetros por hora, pero el mal estado de las vías nacionales en ese tramo sólo permite que el tren circule a un promedio de 60 km/h, con picos de más de 85 km/h en las zonas donde la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (Sofse) realizó el recambio de las vías.En la empresa a cargo del servicio aseguraron a LA NACION que estiman que dentro de 90 días buena parte de la traza estará recuperada. Sólo desde ese momento el viaje podría durar tres horas y 50 minutos, y no las siete horas con 18 minutos que tardó este cronista en llegar a Rosario.En colectivo, el mismo viaje demanda entre cuatro y cinco horas. Y en auto, poco más de tres. "A medida que mejore el servicio, esperamos mucha más gente. Son transformaciones culturales, es cuestión de que la sociedad comience a adoptar el tren como una opción más", indicaron en Sofse. En la empresa también creen que cuando se agreguen nuevas paradas (el 1° de mayo en San Nicolás y el 1° de junio en Zárate) se sumarán más usuarios.

Pocos pasajeros

En los modernos coches con servicio pullman y primera, que aún huelen a tapizado nuevo, quedaron libres 272 asientos. En el viaje inaugural hubo más de 140 personas, mientras que el domingo pasado fueron más de 100. El resto de los días la cantidad de pasajeros promedió entre 40 y 50.Dos de los que viajaron el miércoles son Juan Tano y su mujer, Manuela. Es el día en que Juan cumple 75 años. Está feliz y entusiasmado. "Quisimos hacer algo diferente y se nos ocurrió tomarnos el tren, como en las viejas épocas. Para nosotros es como una especie de aventura. Está todo lindo, espero que la gente lo cuide", cuenta el hombre, que vive en San Lorenzo, a 38 kilómetros de Rosario.El andar del tren es sereno. Sin embargo, los cambios de velocidad, debidos a las obras y el estado de las vías, son notorios y repetidos. En algunos tramos se viaja a 20 km/h. Eso sí, casi no hay frenadas bruscas. El café de las tazas, en el coche comedor, apenas se mueve, no llega a derramarse. Allí, por $ 75 se puede comer el plato del día o un sándwich de milanesa, que sale $ 40.En una de las doce mesas del comedor estaban Andrés y Eduardo. Hablaron al menos durante dos horas, desde José León Suárez hasta Zárate. No eran amigos. Tampoco viajaban juntos. Se conocieron en el tren.Andrés Ponce, por cuestiones laborales, viaja a Buenos Aires desde Rosario dos veces a la semana. "Es la segunda vez que lo uso para volver. Me cansé de viajar en colectivo y el tren tiene esto, vas más relajado, tenés más libertad y también hay más contacto entre los pasajeros, que está bueno. Además es más seguro y económico que el colectivo", aseguró. El pasaje en primera clase cuesta $ 175, mientras que en pullman vale $ 225. En colectivo las tarifas son de $ 214 el semicama y $ 262 el servicio cama, un 22 % más caras.Rumbo a Rosario el tren atravesó San Pedro recién pasadas las 20.30. Juan Pablo Lembach, que tiene una empresa de desarrollo de software, aprovechó el tiempo para trabajar con su notebook, conectada a los tomacorrientes que hay en todos los vagones. "Lo estoy probando, la posibilidad de ir trabajando es bárbara. Cuando tarde menos tiempo será una variante muy buena. Seguramente lo voy a volver a usar", contó el empresario.El retorno del tren de pasajeros también da lugar para que los nostálgicos recuerden otras épocas. Alejandra Denner sólo tomó el servicio para recordar su adolescencia y sus años universitarios: "El tren tiene una magia difícil de explicar. Me trae muchos recuerdos estar de nuevo acá. Para todos los que alguna vez usamos el servicio, volver a hacer estos viajes es muy especial".Alejandra realizó este mismo trayecto casi todas las semanas entre la década del 70 y el 80. Por aquellos años, el tren tardaba poco más de cuatro horas. "Y funcionaba muy bien, era raro que tuviera algún problema", recordó. Ya entrados los 90, el servicio se esfumó.A las 22.35 el tren, según el horario oficial, ya debería haber arribado a la estación Rosario Sur. Sin embargo, hace un puñado de minutos pasó Villa Constitución. Aún faltaban 60 kilómetros para llegar a destino y los más curiosos ya habían recorrido el tren de punta a punta más de una vez. Otras miradas se veían cansadas. Los temas de conversación estaban agotados. Una película no habría venido mal. Pero en las pantallas, al menos ese miércoles, sólo había publicidad oficial.A las 23.25, finalmente, el nuevo tren federal detuvo su marcha. Llegó a Rosario Sur, una estación que aún se está terminando de renovar en esa postergada zona de la ciudad santafecina, donde la marginalidad está a la vista y la inseguridad preocupa. Los pasajeros locales aseguran que si el tren finalizara en la estación Rosario Norte, más cerca del centro, viajaría más gente.Una hora después, fue el momento de emprender el viaje de retorno en el servicio que parte a las 00.26. Y que hizo sonar la sirena de llegada en Retiro pocos minutos después de las 7. Tal como estaba programado. Entre turistas, trabajadores, curiosos y nostálgicos, esta vez subieron a los coches 48 pasajeros.Trenes modernos, vías antiguas y pasajeros nuevos, la ecuación del nuevo servicio de trenes aún no está del todo resuelta.

Otras formas de realizar el mismo viaje

Colectivo

Servicios cada media hora. La tarifa: semicama, $ 214; cama, $ 262. Duración: 4 horas.

Avión

Aerolíneas Argentinas tiene cinco servicios al día. El boleto sale $ 728 y el viaje dura 5 horas.

Auto

Son 327 km. Los gastos: nafta, $ 510; GNC, $ 120; gasoil, $ 380; peajes, $ 52. Duración: 3 horas.


Chatarra ferroviaria: el negociado que esconde Randazzo

LA PLATA 11 Abr(Diario Hoy).-El ministro K ofrece soluciones que pocas veces llegan a destino y posibilita que se hagan turbias operaciones con material que otrora fuera comprado por Ricardo Jaime. Las inconsistencias de un modelo que sumerge a los trenes argentinos en una fuerte depresión. Florencio Randazzo, el hombre de la eterna sonrisa, parece empecinado en repetir anuncios relacionados con su malograda “revolución ferroviaria” que consiste, básicamente, en comprar vagones y trenes a China, en momentos en que nuestro país le ha entregado en bandeja -al gigante asiático- gran parte de su soberanía. Una clara muestra de ello fue el pacto, firmado entre gallos y medianoche, que le permitió a los chinos empezar a construir una estación espacial con fines militares en Neuquén, más precisamente en la zona de Vaca Muerta, donde se encuentra uno de los yacimientos de gas y petróleo no convencional más importantes del planeta.Ayer, el ministro de Interior y Transporte anunció que en junio comenzarán a circular trenes O km comprados a China en el ferrocarril Roca, la línea que une La Plata con Constitución. Esas formaciones habrían costado, aproximadamente, 300 millones de pesos. Ahora bien, hoy en los depósitos ferroviarios de Los Hornos y en la cercana Gutiérrez, así como también en Gerli, Bolulogne, Rosario o Córdoba, se están oxidando las formaciones usadas que compró Ricardo Jaime a España y Portugal en 2005. El material, convertido en chatarra, demandó un gasto que multiplica por diez lo que Randazzo está anunciando para la línea Roca: unos 500 millones de dólares (4500 millones de pesos).En diálogo con Hoy, el ingeniero ferroviario Élido Veschi, exsecretario general de la Asociación del Personal de Dirección de los Ferrocarriles Argentinos (APDFA), aseveró que “Jaime en el 2005 gastó casi 500 millones de dólares en un material inútil, y hoy vemos que se compra material a China que no sabemos cuánto nos va a salir realmente. El kirchnerismo, con Randazzo a la cabeza, nos empeña al futuro”.Para el autor del libro “Relato sobre el saqueo del sistema ferroviario nacional”, la situación que vive el país, lleva a que “desde el ministerio que conduce Randazzo se sale de shopping y dice dame 10 de aquellos, 20 de aquel otro, y no hay un estudio técnico de nada. ¿Quién dijo que la tecnología china era la más adecuada para nosotros? Son un desastre”.La labor de Jaime al frente de la Secretaría de Transporte, fue un gran negocio para los empresarios amigos, como Sergio Taselli, los hermanos Cirigliano, los Romero o los Roggio. Ellos trajeron chatarra que después lo reacondicionaron para poner en funcionamiento estas mismas formaciones que hoy se ven en las vías argentinas. El material que fue comprado hace 10 años a Portugal y España, lo acaban de presentar desde el ministerio que conduce el oriundo de Chivilcoy, como las nuevas formaciones que van a hacer algunos recorridos que se van a inaugurar a diferentes puntos de la provincia. Pero todo ello tiene un condicionante muy fuerte, la empresa encargada de efectuar ese trabajo fue Materfer, perteneciente a Taselli, es decir, todo queda entre amigos. “Es una gran estafa, donde los que se beneficiaron fueron los empresarios, y gran parte de este material ha quedado diseminado por distintas partes del país y no se han podido poner en  funcionamiento. En materia ferroviaria no se hizo más que seguir profundizando el deterioro de la época de Menem y se profundizó el tema de los subsidios con los concesionarios. En vez de avanzar, se retrocedió”, sentenció Veschi.De los 298 trenes que se compraron en 2005, sólo 86 funcionaron, de los cuales sólo una ínfima porción sigue prestando servicio hoy día. Ahora con la compra de trenes a China, se quiere hacer la misma experiencia, comprando material que prontamente quedará en desuso, tal como ha pasado con varios vagones del Ferrocarril que al poco tiempo de empezar a usarse se han empezado a oxidar. La gestión de Randazzo al frente de los ferrocarriles, a pesar del relato oficial, no para de sufrir decepciones, y más allá que se quiera vender espejitos de colores, la realidad le da una fuerte cachetada al precandidato presidencial K. Hasta ahora sólo se busca esconder los problemas debajo de la alfombra, con la consecuente depresión que eso le traerá al alicaído sistema ferroviario nacional.

Una mala copia de Jaime

La compra de material ferroviario hecha por Jaime fue criticada desde un comienzo, en general porque lo que se trajo no tenía la calidad suficiente para funcionar, no se fabricaban más en Europa, entonces los trajeron acá, significando grandes negocios para las concesionarias.Ahora se copia el mismo método en relación a los acuerdos con China. “Los convenios con China crean una dependencia técnica absoluta, porque el material no se produce en Argentina, lo han comprado llave en mano, con el mantenimiento hecho por personal chino”, le señaló a Hoy el delegado de la Unión Ferroviaria del Ferrocarril Sarmiento, Edgardo Reynoso.Para el referente sindical, “del material nuevo, mucho ya está raleado, lo que significa un menor servicio. Todo esto, en una situación comprometida, hace que la flota esté en pésimo estado, y nos pone en una gran situación de dependencia respecto de China”.“Hay problemas con el sistema del tercer riel, que es lo que conecta a la corriente los equipos eléctricos, porque son de otra medida y eso hace que haya caída de rieles y roturas de patines. Se han modificado todas las estaciones, como ha sucedido en el Ferrocarril San Martín, porque no coincidían los andenes con las formaciones chinas”, destacó Reynoso.El kirchnerismo parece más preocupado en sacarse una foto y cortar una cinta que en solucionar los problemas reales del ferrocarril. La inoperancia en materia ferroviaria es muy grande, lo que produce una serie de improvisaciones muy grandes por parte de las autoridades, lo que lleva a fallas en los servicios.


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2 comentarios:

praxxo dijo...

El tren tarda una hora más que el avión. No está tan mal.

bad_company dijo...

Se le nota a quien escribe que esta celoso porque los queridos, y muy queridos dirigentes de Deposito Castelar no pudieron agarrar un cargo y solo saben parar el servicio para bien de los pasajeros que quieren tanto. Gustavo Lopez