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viernes, 14 de julio de 2017

El otro "efecto Odebrecht":

El otro "efecto Odebrecht": se acelera el soterramiento del tren Sarmiento tras su salida de la obra pública

BUENOS AIRES 13 Jul(IProfesional).-La empresa italiana Ghella se quedó con las acciones de la brasileña en Consorcio Nuevo Sarmiento y comparte sociedad con otras dos compañías. Ya se logró avanzar 900 metros y las estaciones Ciudadela y Ramos Mejía están casi listas. El proyecto contempla un presupuesto de u$s3.000 millones.
Se cuidan de decirlo abiertamente, pero los directivos de las empresas que continúan a cargo de las obras de soterramiento del ferrocarril Sarmiento respiran aliviados, así como también el Gobierno.  

Es que la escandalosa salida del proyecto por parte de Odebrecht repercutió de forma positiva en un emprendimiento clave para el macrismo y su estrategia de hacerse fuerte en la obra pública.

Sucede que la empresa italiana Ghella adquirió el 30% que tenía la brasileña en el Consorcio Nuevo Sarmiento

La constructora -inhabilitada para participar de licitaciones oficiales al menos por un año- se desprendió de su participación, previo aviso a los funcionarios de Cambiemos, que avalaron la decisión. 

El dato cobra especial relevancia si se considera que el plan cuenta con un presupuesto de u$s3.000 millones, fondos que son aportados íntegramente por el Estado. 

Sobre la firma en cuestión pesa una causa en la que se investiga el presunto pago de coimas por hasta u$s35 millones a distintos funcionarios argentinos.

Cabe destacar que la Justicia ya tiene los nombres de las personas que habrían participado de estos hechos de corrupción en la Argentina, tras una intensa gestión en Washington, a los que se accedió tras un compromiso de confidencialidad. 

En paralelo, el Gobierno suspendió a Odebrecht por un año de la nómina de oferentes de obra pública.

La decisión fue tomada por el Consejo del Registro Nacional de Constructores y Firmas Consultoras de Obras Públicas, que depende el Ministerio del Interior que conduce Rogelio Frigerio

Tras ese cambio societario, la composición accionaria del Consorcio Nuevo Sarmiento -a cargo del desarrollo- quedó conformada de la siguiente manera:

-70,4% bajo el control de la ya mencionada firma italiana Ghella

-28,6% en manos de SACDE (ex IECSA, ahora en manos de Mindlin)

-1% bajo el dominio de la española Comsa. 

Una obra, muchos anuncios

El escándalo en torno a Odebrecht  no hizo otra cosa que sumarle una mancha más a un proyecto que enrarecido y polémico desde su comienzo, en tiempos del kirchnerismo.

Durante la llamada "década ganada", el soterramiento fue anunciado siete veces, si bien la obra recién se activó durante 2016. 

La primera licitación data de 2007 (hace 10 años), aunque la iniciativa dio su paso más relevante en 2011, cuando la gestión K instaló una tunelera en Haedo. 

Pero esto no fue más que un "amague", ya que la maquinaria nunca se movió sino recién hasta el año pasado, cuando Cambiemos inició las excavaciones.

Sin embargo, lo ocurrido con la brasileña derivó en un súbito dolor de cabeza, imprevisto para el macrismo. 

"Todo el trabajo que se venía haciendo sin ningún tipo de contratiempos ni complicaciones de pronto se enredó", confirmó a iProfesional una fuente muy ligada al Consorcio Nuevo Sarmiento.

"El Gobierno mostró reflejos para apurar la decisión de Odebrecht, que no fue más que una invitación a que se retire. Eso impidió que el escándalo complique lo se ha venido haciendo", añadió.

Desde el entorno de unas de las compañías que participa del proyecto, los argumentos fueron en la misma dirección. 

Un alto ejecutivo cercano a SACDE aseguró a este medio que la compra de la participación de Odebrecht por parte de Ghella "descomprimió un escenario plagado de incertidumbre", que empezó a pesar sobre los socios en el emprendimiento.

Si bien desde el arranque de las operaciones en el último cuatrimestre del año, el ritmo se mantuvo sin mayores cambios, la denuncia contra la constructora del país vecino alentó rumores de revisión de toda la estructura de Consorcio Nuevo Sarmiento.

Para Cambiemos el escenario también se presentaba complejo, si es que la compañía brasileña insistía con permanecer en el proyecto.

El consenso en el sector de la construcción es que, de haberse sostenido el vínculo con Odebrecht, hubiese tenido un costo político elevado para el Gobierno. 

“Ahora que se produjo la salida, no sólo se puede trabajar con más tranquilidad sino que el ritmo se intensificó de tal manera que se agregó un turno más en los obradores", expuso la fuente consultada, que agregó que "se está operando en tiempo y forma, dentro de loas plazos que maneja el Ministerio de Transporte”. 

Radiografía de un proyecto ambicioso
Ghella, SACDE y Comsa encabezan ahora una sociedad que lleva desarrollados casi 900 metros del proyecto total y llega a esta altura de 2017 con dos estaciones construidas, sobre un total de ocho que estarán bajo tierra. 

“Ciudadela y Ramos Mejía ya están prácticamente listas. La pauta de trabajo es a cinco años, pero la idea es ir inaugurando por tramos hasta completar los 18 kilómetros del recorrido total fijado", señaló. 

Sin embargo, el directivo asegura que uno de los efectos beneficiosos tras la salida de la brasileña, es que "se acelerarán las obras". 

Ante la consulta de iProfesional, desde el Ministerio de Transporte que encabeza Guillermo Dietrich evitaron pronunciarse respecto de la situación de Odebrecht, aunque sí aportaron detalles del estado actual del soterramiento del ferrocarril Sarmiento.

“La tuneladora ya avanzó algo más de 880 metros bajo tierra y sigue en marcha. De hecho, la parte posterior de la máquina ya no es visible desde la superficie. Esto significa que, al día de hoy, ya hay casi 900 metros de túnel terminado, con 489 anillos de hormigón ensamblados y colocados”, explicó un vocero de la cartera.

Respecto de los avances en las primeras dos estaciones, el funcionario detalló que "en Ciudadela se finalizaron los cateos, que son los estudios de ingeniería para verificar los suelos, que permiten detectar la posible presencia de  interferencias con los trabajos subterráneos. En tanto que en Ramos Mejía está en instalación el obrador y se avanza con trabajos complementarios, como la depresión de la napa, entre otras iniciativas”.

Por estos días, Consorcio Nuevo Sarmiento se encuentra realizando cateos en otros tres puntos de la traza: Villa Luro, Liniers y Caballito, para detectar cualquier posible interferencia subterránea con las obras. 

“En Haedo, además, se continúan fabricando las ‘dovelas’, que son las piezas de hormigón armado que la misma máquina coloca sobre las paredes del túnel bajo la tierra, ensamblándolas y creando la forma de un anillo. A la fecha se llevan construidas 6.564 dovelas”, explicaron desde la cartera.

En Transporte no se privan de exponer las diferencias existentes entre los presupuestos utilizados por el macrismo para optimizar el funcionamiento del ferrocarril versus lo gastado por el kichnerismo. 

“Para instalar la tuneladora bajo la tierra y construir el pozo-trinchera en Haedo, durante la gestión anterior se pagaron $865 millones. Desde que se reactivó la obra en esta gestión se pagaron $1.086 millones, incluye la puesta en funcionamiento de la máquina, los casi 900 metros de túnel terminados. más las obras complementarias mencionadas más arriba”, especificaron.

Las ventajas de la obra

Previa conclusión del túnel de 18 kilómetros ya en marcha, el ferrocarril Sarmiento operará bajo tierra entre Caballito y Castelar hacia el año 2023. 

La intención del emprendimiento, explicaron desde Transporte, “comprende mejorar el traslado de los más de 200.000 pasajeros que utilizan el servicio a diario, e integrar a los partidos del Conurbano y los barrios del oeste de la Ciudad”.

“La obra también mejorará la seguridad vial y el tránsito al eliminar 51 cruces donde hoy hay barreras, por los que pasan unos 20.000 vehículos diariamente y llegan a generarse demoras de hasta 30 minutos”, indicaron las fuentes consultadas, que agregaron que permitirá generar 10.000 empleos entre directos e indirectos. 

El soterramiento del Sarmiento se enmarca en un plan para mejorar la infraestructura de todo el sistema ferroviario y que demandará desembolsos por hasta u$s14.000 millones en un lapso de seis años. 

“La iniciativa también incluye la electrificación de todas las líneas, tres nuevos viaductos y 120 nuevos pasos bajo nivel, la renovación de vías, sistemas eléctricos y estaciones, más el 100% de la flota completamente renovada”, precisaron desde la cartera.

Mayores controles

Para sortear cualquier sospecha respecto de lo que viene realizándose en torno al Sarmiento, el Gobierno viene de crear un equipo de trabajo cuya misión es auditar el contrato de obra del soterramiento.

Conforman la unidad representantes de la Procuración del Tesoro de la Nación, la Sindicatura General de la Nación, además  de funcionarios y ejecutivos de la Secretaría de Obras de Transporte, la Unidad Ejecutora de Obra, y la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado.

Al margen de esta nueva instancia de control, el Gobierno hizo oficial la suspensión “de modo preventivo” por un año a la empresa constructora Odebrecht en la tramitación del certificado de Capacidad de Contratación Anual para licitaciones.

Esto último, según información oficial, en virtud de “hallarse incursa 'prima facie' en falta muy grave”, a raíz de las condenas por corrupción a sus directivos en Brasil y por las investigaciones al respecto iniciadas en la Argentina.

La resolución número 6 del Consejo del Registro Nacional de Constructores y Firmas Consultoras de Obras Públicas publicada el último viernes en el Boletín Oficial estableció que la firma “no podrá participar en aquellos procesos de contratación en los cuales este Certificado resulta exigible” en los próximos 12 meses.

El Consejo apoya su resolución en el Artículo 10° del Anexo del Decreto 1724/93, que lo habilita a suspender “con carácter preventivo toda tramitación, incluida la expedición de Certificados de Capacidad de Contratación Anual para Licitación, cuando ‘prima facie’, y a su exclusivo juicio, un inscripto se hallase incurso en falta grave”.

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